Una nutrición sana y equilibrada, que beneficie el desarrollo óptimo del niño, debe construirse desde muy temprana edad. Desde el embarazo -a través de una buena alimentación de la madre-, durante el periodo de lactancia y posterior a los seis meses de edad -cuando se inicia la alimentación complementaria-; los padres de familia deben brindar a sus hijos una nutrición idónea, que incluya de forma balanceada y adecuada, los diferentes grupos de alimentos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) es clave iniciar la lactancia materna dentro de la primera hora de vida del recién nacido y de forma exclusiva hasta el sexto mes; a partir del cual debe complementarse con otros grupos de alimentos.
“Durante los primeros seis meses de vida, la leche materna aporta el 100% de los nutrientes que el infante requiere. Es más, según diversos estudios, la lactancia ayuda a disminuir la incidencia de alergias, asma y enfermedades respiratorias, infecciones del oído, gastrointestinales y urinarias. No obstante, después de los 6 meses, la leche materna aporta tan solo el 50% de los nutrientes que el bebé requiere. Por este motivo, su alimentación debe complementarse con otros grupos de alimentos”, explicó Patricia Vial, Gerente de Nutrición, Salud y Bienestar de Nestlé Centroamérica.
De lo anterior se deriva la importancia de incluir alimentos ricos en nutrientes cuando inicia la alimentación complementaria. De lo contrario, el bebé puede quedar satisfecho por la cantidad de alimentos que recibe, pero no obtendrá todos los nutrientes que necesita para un sano desarrollo.
“Una nutrición adecuada desde la concepción y hasta los primeros 24 meses de edad es clave para la salud actual y futura de los niños. La alimentación del bebé debe incluir todos los grupos de alimentos de forma balanceada, con énfasis en nutrientes como el hierro, necesario para su crecimiento y desarrollo cognitivo. Así mismo, es importante no agregar sal ni azúcar a los alimentos que preparamos para nuestros niños.”, añadió Vial.
Las Normas de Atención de Salud Integral del MSPAS brinda las siguientes recomendaciones para una adecuada alimentación complementaria, utilizando las “Guías alimentarias para la población menor de dos años” de Guatemala:
Desde el nacimiento a seis meses de edad:
- En este período, la lactancia materna provee el 100% de los requerimientos nutricionales del bebé.
- Al cumplir los 6 meses, se recomienda iniciar la alimentación complementaria.
- Estos alimentos servirán para complementar la dieta en cantidad y calidad sin sustituir la leche materna.
De 6 a 9 meses:
- A partir de los 6 meses, el niño debe consumir alimentos completamente machacados, suaves y espesos como papilla.
- Se debe iniciar a incluir alimentos como zanahoria, masa de maíz, camote, fideos, arroz, plátano, carne de pollo mechado tipo papilla, yema de huevo, banano y manzana.
- Se recomienda brindar de dos a tres comidas al día, iniciando con dos a tres cucharadas soperas por comida, e incrementar gradualmente a medio vaso o taza de 8 onzas.
De 9 a 12 meses:
- Se pueden brindar alimentos picados o cortados en trocitos, incorporando alimentos como carne de res deshecha o carne molida, pescado, tamalitos con frijol e hígado de pollo o de res.
- Se recomienda brindar de tres a cuatro comidas al día, iniciando con tres a cuatro cucharas soperas por comida hasta llegar a una taza de 8 onzas.
De 12 a 24 meses:
- En esta etapa se deben incluir alimentos picados, cortados o enteros.
- Es importante que el niño coma los mismos alimentos que consume toda la familia.
- Se recomienda brindar de tres a cuatro comidas al día, iniciando con cuatro a cinco cucharas soperas por comida hasta llegar a una taza de 8 onzas.
“Para lograr un balance nutricional y los nutrientes que los niños necesitan para su crecimiento y desarrollo, es fundamental que coman todos los grupos de alimentos. Los niños no deben pasar lapsos de tiempo muy largos sin comer, como un adulto, pues su capacidad gástrica es limitada”, explicó la especialista.