La reciente entrada en vigor de la Ley Alemana sobre la Debida Diligencia Corporativa en las Cadenas de Suministro, aprobada en 2021 y aplicable a empresas alemanas con 1,000 o más empleados desde 2024, está redefiniendo los estándares de contratación a proveedores que tengan un interés genuino y tangible en el ámbito de la sostenibilidad y derechos humanos en las cadenas de suministro a nivel global.
Su enfoque extraterritorial impacta directamente a los proveedores extranjeros de las empresas alemanas, incluyendo aquellos que operan desde Centroamérica y el Caribe, quienes deberán alinearse con los requerimientos que serán evaluados por estas empresas para mantener su competitividad en el mercado internacional.
Según EY Centroamérica el objetivo de la Ley consiste en fomentar las buenas prácticas y fortalecer el respeto de los derechos humanos. Por ejemplo: igualdad, no discriminación, prohibición del trabajo infantil y del trabajo forzoso, entre otros. Y de estándares ambientales; gestión de mercurio, gestión de desechos sólidos, entre otros.
Aunque la debida diligencia en América Latina está en proceso de desarrollo, ya se observan avances significativos en la región. Iniciativas como “Programa de Derechos Humanos y Empresa” en Guatemala, y “Guías Colombia en Empresas, Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario” en Colombia, están liderando el camino en la promoción de estas prácticas. Estos proyectos muestran un creciente interés y compromiso en la región para alinearse con las mejores prácticas globales.
En un mundo globalizado donde las economías están cada vez más interconectadas, el cumplimiento de estándares internacionales como los establecidos por la Ley Alemana es crucial para las empresas de Centroamérica y el Caribe. La interdependencia económica significa que las normativas de países desarrollados, como Alemania, pueden influir significativamente en los mercados y prácticas de los países en vías de desarrollo.
“La implementación de procesos de debida diligencia, como los que exige la ley alemana, es un referente que permite proyectar lo que se volverá una obligación para mantenerse activo en el mercado internacional, y a su vez se vuelve parte de una visión estratégica que permite fortalecer y promover la competitividad, sostenibilidad, los principios éticos, la mitigación de impactos, y la trascendencia corporativa”, afirma Ginny Castillo, Gerente Senior de EY Law Guatemala.
De acuerdo con Castillo, “los países desarrollados marcan la pauta sobre el horizonte al que deben apuntar las naciones en vías de desarrollo, en este contexto, la adopción de prácticas de debida diligencia no solo es una cuestión de cumplimiento legal, sino también una estrategia clave para el desarrollo sostenible y la competitividad en la región”.
Además, al adoptar estas prácticas, las empresas de la región pueden mejorar su posicionamiento global, demostrar sus compromisos y mitigar riesgos que podrían afectar su reputación y operaciones.
La normativa no solo actúa de manera correctiva, sancionando el incumplimiento, sino también preventiva, fomentando la gestión de riesgos, la coordinación de buenas prácticas entre la empresa y sus proveedores directos, la implementación de mecanismos de reclamación y reparación, la realización de auditorías y la divulgación a través de informes de cumplimiento anuales.
Con la Ley Alemana como referente, las empresas de Centroamérica y el Caribe tienen ante sí una valiosa oportunidad para reforzar sus lazos comerciales, mejorar su responsabilidad social empresarial, además de poder prepararse para los desafíos del futuro en un mercado global cada vez más exigente.