Por el Dr. Mark Wikenheiser, ortopedista en el Sistema de Salud de Mayo Clinic.
Si siente la necesidad de frotarse el hombro después de haber usado el brazo, podría tener un problema en el hombro. El dolor de hombro puede ser un signo de artritis, tendinitis, desgarro del manguito rotador o inestabilidad del hombro.
Cualquiera sea la causa, es posible que deba consultar a un profesional ortopédico. En la primera reunión, se confeccionará su historial médico, se le realizará un examen físico y, posiblemente, una radiografía para determinar la causa subyacente y la magnitud del problema del hombro. A veces, es posible que se necesite obtener imágenes adicionales, como imágenes por resonancia magnética (IRM).
Su profesional ortopédico lo guiará a través de las opciones de tratamiento y lo ayudará a decir cuál puede ser el mejor para usted. La primera línea de tratamiento puede incluir lo siguiente:
- Tomar medicamentos antiinflamatorios de venta libre
- Descansar el hombro o brazo afectado
- Colocar hielo en el hombro
- Modificar sus actividades para evitar más lesiones
- Recibir inyecciones con esteroides
- Hacer fisioterapia para fortalecer los músculos del hombro y el brazo
Muchos estudios demuestran que las personas con lesiones de hombro responden bien a estos tratamientos y pueden retomar sus actividades diarias. Sin embargo, si continúa experimentando dolor y debilidad, es posible que su profesional ortopédico le recomiende una intervención quirúrgica.
Una de las causas de dolor y debilidad es el desgarro del manguito rotador. El manguito rotador es un grupo de músculos y tendones. Mantiene la articulación del hombro en su lugar y ayuda en el movimiento y la fuerza del brazo. Si las imágenes por resonancia magnética (IRM) revelan un desgarro en el manguito rotador, es posible que se requiera una intervención quirúrgica, aunque la gran mayoría de las personas no la necesitan.
Por lo general, la intervención quirúrgica es ambulatoria, y puede irse a casa el mismo día. En este procedimiento, el cirujano inserta una cámara diminuta (artroscopio) e instrumentos a través de incisiones pequeñas para volver a unir el tendón desgarrado al hueso. Es posible que deba usar un cabestrillo durante cuatro a seis semanas después de la intervención quirúrgica para permitir que el hombro sane.
Después de cuatro a seis semanas, es posible que aún tenga algunas restricciones laborales y deba modificar su actividad. Su profesional ortopédico también puede recomendarle fisioterapia.
Ya sea que responda a los tratamientos no invasivos o necesite una intervención quirúrgica, el objetivo de su profesional ortopédico es aliviar su dolor de hombro para que pueda retomar sus actividades diarias sin dolor ni restricciones.